CENA DEL SEÑOR[1]
La Cena del Señor (1Co
11:20), conocida también como Comunión (cp. 1Co 10:16), eucaristía
(del término griego de dar gracias antes de participar de; cp. Mat 26:26),
o el “partimiento del pan” (cp. Hch 2:42), fue instituida por El
para su pueblo en la noche que fue entregado (Mat 26:24-26). Está
reconocida como una ordenanza de la iglesia por haber sido instituida por el
Señor como señal visible de la gracia invisible. El propósito de su observancia
enfatiza la orden del Señor de “haced esto en memoria de mí” (Luc 22:19).
Es un medio por el cual el Cristo resucitado se hace presente a su pueblo en su
gracia redentora. Hay varias interpretaciones de las declaraciones de Cristo en
cuanto al pan y la copa como su cuerpo y su sangre (cp. Luc 22:19-20).
Algunos lo interpretan literalmente, creyendo en la transformación milagrosa de
los elementos. Otros lo entienden como simbólico de la presencia espiritual de
Cristo como el que se da a sí mismo en su capacidad salvadora para el sustento
espiritual de su pueblo.
t Institución de: Mat 26:26-29;
Mar 14:22-25; Luc 22:17-20; 1Co 11:23-25
t Observancia de la
iglesia: Hch 2:42; Hch 2:46; Hch 20:7; Hch 20:11; 1Co
10:16; 1Co 11:23-34
Significado de
En memoria de Cristo
t La orden: Luc 22:19;
1Co 11:24-25
t En memoria de la muerte
de Cristo: 1Co 11:25-26 (cp. Luc 22:19-20): participación
presente con Cristo: 1Co 10:16-17; 1Co 10:21; 1Co 11:20:
una anticipación de la venida de Cristo: Mat 26:29; Mar 14:25; Luc
22:16; Luc 22:18; 1Co 11:26: símbolo de la unidad de la
iglesia: 1Co 10:16-17
Requisitos de
participación
t Creyentes: Hch 2:41-42;
Hch 20:7; 1Co 10:16-22
t Discernimiento apropiado
de Cristo y su pueblo: 1Co 11:27-34
Entiendo que la
"eucaristía (del término griego de dar gracias antes de participar de; cp.
Mat 26:26)" (conforme nos indica la cita arriba transcripta) tiene
exactamente ese significado y no otro. Consiste en darle gracias a Nuestro
Señor Jesucristo por la vida y todos los dones aparejados con ella que son exclusivamente
obra suya en su condición de Dios y como su Hijo.
Es decir, su institución
no se agota en un mero ritual (aunque no lo excluye).
Implica -según creo-
recordar en todo momento, pero con especial particularidad durante las comidas,
que Dios nos da la vida, y que Cristo nos salvó y nos dio vida eterna, mediante
el sacrificio de su propia persona.
El pan es el símbolo de
la vida. Nuestro Señor Jesucristo es el pan vivo o pan de vida. Y el "haced
esto en memoria de mí” implica que recordemos lo anterior en todo momento. El
acto material (haced) consiste en bendecir y dar las gracias por el alimento
corporal que nos es dado, pero -por sobre todo- por el espiritual que le da
vida al alimento físico, y con él a nosotros mismos. Detrás de todo lo cual
está el Señor Jesús, que está detrás de todo, porque El es la base de todo.
Muchos parecen dar
importancia al ritual. Pero para mí esto es accesorio. Porque se puede participar
del ritual con la mente en blanco o, peor aún, pensando en otra cosa, o en completa
distracción. Con esto no creo que se cumpla la voluntad de Nuestro Señor
Jesucristo cuando instituyó la eucaristía. Esto parece que es lo que se
significa en 1Co 11:27-34 en donde no se habla de "partir el pan"
sino de "comerlo indignamente".
Notemos, además, que se
habla de "partir" pero no de "repartir". Esto refuerza la
tesis por la cual la eucaristía consiste en dos actos principales: bendecir y
dar las gracias. Nuestro Señor Jesucristo hizo esto antes de partir el pan y
beber la copa.
La idea que se expresa en
Mat 26:26-29; Mar 14:22-25; Luc 22:17-20; 1Co 11:23-25 es la de tomar
conciencia del significado del sacrificio de Cristo mediante el simbolismo de bendecir
y dar gracias por el alimento diario que da sostén a nuestra vida física,
recordando que ese alimento viene y se origina del espíritu. En suma, que la
materia es creación espiritual.
El partir y el repartir es
el aspecto secundario (pero no menos importante) de los dos primeros actos
esenciales (bendecir y dar gracias al Señor). Ha de haber aquí un significado
transcendente, y no un simple acto material ritual. No olvidemos del fuerte desprecio
del Señor por los rituales, máxime si estos se convertían en actos vacíos de
contenido espiritual (que es a lo que tiende a convertirse todo ritual).
Si Jesús es el pan de vida, o pan del cielo, repartir el pan implica repartir a Jesús o –más apropiadamente
dicho- compartir a Jesús en todos
los actos de nuestra vida, ya sean sociales o individuales. ¿Cómo hacerlo?
Aplicando sus enseñanzas, es decir su Evangelio, su doctrina, su mensaje, sus
normas, consejos, sentencias y dictámenes. Vivir conforme a sus mandatos.
[1]La Biblia de las Américas De Estudio.
Edición: ©2000 Editorial:
The Lockman Foundation Copyright: © 1986, 1995, 1997, 2000 Propietario: The Lockman
Foundation Lugar: P.O. Box 2279 La Habra, California 90631
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